Libro Basico/capitulo 7/Transicion a la era Edo

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El periodo Azuchi-Momoyama

El periodo Sengoku concluyó oficialmente en el año 1568 con la ascensión del nuevo Shôgun, Ashikaga Yoshihide. No obstante, las guerras entre clanes seguían su curso y el nombre más susurrado y temido seguía siendo el de Oda Nobunaga, el cual impuso sus propias regulaciones al nuevo gobierno, relegando al Shôgun a un papel prácticamente ceremonial. Debido a esto, Yoshihide pronto reunió una coalición de daimyôs y templos de monjes guerreros "Sôhei" para derrocar a Nobunaga, quien seguía conquistando territorios y eliminando sin piedad a sus rivales.

En 1571, el ejército de Nobunaga arrasó con el templo Enryaku-ji en el monte Hiei, aniquilando de este modo a la más poderosa de las sectas de "Sôhei".

En 1573 otro de sus enemigos más preocupantes, el daimyô Takeda Shingen, murió repentinamente de forma misteriosa cuando estaba a punto de derrotar al clan Tokugawa (aliados de Nobunaga y el único obstáculo que se interponía en los planes de Shingen para invadir los territorios de Nobunaga en su camino a Kyôto). Ante estas pérdidas de aliados el Shôgun Yoshihide se vio forzado al exilio, alzándose Nobunaga con el gobierno de facto.

En 1576, Nobunaga iniciaría la edificación del castillo Azuchi en la provincia Ômi, en la cual él mismo nombró general a su fiel aliado Toyotomi Hideyoshi: construido como símbolo de unificación, este castillo sería una muestra de su creciente poder...

El incidente de Honnō-ji

En 1582, Toyotomi Hideyoshi solicitó ayuda a su señor Oda Nobunaga para completar el asedio al castillo Takamatsu y así derrocar al clan Mori, pero durante el viaje Nobunaga fue traicionado por otro de sus generales, Akechi Mitsuhide, quien le tendió una emboscada en el templo Honnô-ji. Ante la perspectiva de ser capturado y el daño que su cautiverio causaría a sus aliados, optó por cometer seppukku, terminando voluntariamente con su vida en favor del futuro de la nación. Sin embargo, cuando Mitsuhide envió a un mensajero para comunicar la noticia al clan Mori, este fue interceptado por las tropas de Hideyoshi quien, al descubrirlo, optó por recurrir a la diplomacia y firmar la paz con los Mori. No obstante, en su retirada reagrupó junto a su propio ejército a las tropas de Nobunaga y vengó a su señor derrotando al traidor Akechi Mitsuhide en la batalla de Yamazaki: Mitsuhide trató de huir y fue masacrado por un grupo de campesinos, furiosos por la deslealtad de este; Hideyoshi arrasó el templo Honnô-ji y ordenó exponer la cabeza del traidor frente a las ruinas.

La reunificación de Nippon

Durante los dos años posteriores a la muerte de Oda Nobunaga, su leal general y vengador, Toyotomi Hideyoshi, se esforzó con continuar el legado de su señor hasta que, un año más tarde, entró en batalla con Oda Nobutaka (quien pretendía suceder a Nobunaga aun sin el apoyo completo del clan), convirtiéndose así Hideyoshi en el nuevo líder de facto, a coste de enemistarse con el clan Tokugawa.

En 1584, finalmente, Hideyoshi obtuvo el reconocimiento que tanto había perseguido por parte del gobierno de la corte pero, debido a su origen campesino, se le concedió el cargo de naidaijin ("ministro de interior"), lo que de facto le otorgaba el poder político que precisaba, sin concederle el ascenso a la aristocracia, negándole así optar jamás al cargo de Shôgun. Sin embargo, apenas un año más tarde (en 1585) le fue concedido por el mismísimo Tennô el cargo de Kanpaku ("Regente Imperial"), convirtiéndose así Hideyoshi en el nuevo líder de todo Nippôn. Lo que no cuentan los libros de historia es que este acuerdo fue una estrategia urdida por otra naidaijin: Murakami Sora. La popularización del cristianismo y otras influencias occidentales suponían una peligrosa forma de quebrantar el tratado del Ten-no-Ukihashi y su mayor promotor era el clan Shimazu, el cual estaba aún en disputa con Hideyoshi. Así pues, una de las primeras medidas del recién nombrado Kanpaku fue erradicar el cristianismo de la isla de Kyûshû y expulsar de la nación a todos los misioneros cristianos occidentales.


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Obviando que el personaje de la kitsune "Murakami Sora" y el tratado del "Ten-no-Ukihashi" se corresponden con la metatrama fictica de Yôkai Sensô, cabe aclarar que las motivaciones de Hideyoshi para erradicar el cristianismo de Japón y expulsar a sus misioneros obviamente iban mucho más allá de la idea de "contentar a los Kami": se trataba de afianzar el poder de los templos budistas, ganándose así su apoyo y lealtad, al tiempo que reducía el poder de las alianzas establecidas por el clan Shimazu con Portugal, España y otros países occidentales. De hecho, por aquella época muchos samurai de Kyûshû se habían convertido al cristianismo, probablemente por auténtica fe en esa religión, pero indudablemente también por los beneficios diplomáticos y comerciales, así como la posición de poder que les aportaría una posible alianza con potencias extranjeras.

Pero Hideyoshi no se detuvo ahí: para garantizar la estabilidad política y reprimir las revueltas campesinas, en 1588 prohibió portar armas a los campesinos; en 1591, dictó que todo guerrero que regresase a su vida de campesino perdería inmediatamente su status de samurai, asimismo prohibió a los campesinos convertirse en mercaderes para impedir que intentasen ganar poder económico y, finalmente, prohibió que los guerreros que abandonasen a sus antiguos señores pudiesen ser contratados por ningún otro clan.

Expansión y decadencia

Una vez Hideyoshi unificó Nippon y suprimió las revueltas campesinas, en 1592 dio su siguiente paso: expandir sus fronteras invadiendo Korea. Esto preocupó severamente al Tennô, tanto por la peligrosidad de dispersar a su pueblo lejos de las sagradas tierras de Nippon (único territorio donde prevalecía el tratado del Ten-no-Ukihashi) como por el fortalecimiento de la alianza de Hideyoshi con el clan Shimazu.

Sin embargo, aunque inicialmente las tropas de Hideyoshi lograron llegar hasta la capital y expulsar a su rey, lord Seonjo, finalmente fueron interceptados y derrotados al año siguiente por la combinación de la armada coreana (al mando del almirante Yi Sun Sin) y sus aliados procedentes de China: la dinastía Ming. Así, la guerra dio paso nuevamente a la diplomacia.

Estancados en las negociaciones diplomáticas y arrastrando sus propios conflictos internos con la elección de su futuro sucesor, Hideyoshi reanudó las hostilidades contra Korea en 1597, resultando esta vez en una rotunda derrota para el ejército de Nippon. En 1598, cuando más cruda era la guerra en su intento de conquista, Toyotomi Hideyoshi falleció.

La ascensión de Tokugawa

Conscientes del tremendo daño que había sufrido Nippon con las turbulentas conquistas de Oda Nobunaga y las osadas ansias de expansión de Toyotomi Hideyoshi, se formó una nueva alianza, liderada por Tokugawa Ieyasu, para formar un gobierno que reforzase su compromiso con los Kami. Esta nueva alianza logró establecer su poder tras derrotar a los que aún eran leales a Hideyoshi y a sus simpatizantes en la famosa batalla de Sekigahara, dando paso a la era Edo, que se ha mantenido durante más de 2 siglos.


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